El Cambio. Evolución al azar?

Tic, tac, tic, tac, tic, tac...así suena mas o menos, o así se ha escrito que suena. Mientras haya cuerda o pila seguirá tic, tac, tic, tac.
Rara vez lo oímos a pesar de escucharlo a menudo. Está ahí. En la cocina. En la torre de la iglesia. En la calle. En nuestra muñeca. En tantos sitios. Incluso en nuestra cabeza y en nuestro corazón.
La cuerda o la pila se reponen. Se busca la hora. La hora oficial. Se ajusta nuevamente. Su referencia, el segundo.
De pronto el fonendoscopio no recoge el tic - tac. El doctor lo descuelga del cuello y lo mete en el bolsillo de su blanca bata.
Con aspecto serio y grave…Anuncia el tránsito.
¿Qué ha pasado?
La entropía vuelve a funcionar y la materia orgánica se descompone y es aprovechada por las bacterias, hongos y demás organismos unicelulares para continuar su propia evolución.

La vida continua y con ella los procesos de cambio que llamamos Evolución.
En la limitación de mi mente voy a imaginar una pequeña historia que relacione la energía, la vida, la evolución  y por que no, una presencia transformadora.
Había, hay y habrá una vez,  un Ser producto de la Evolución de lo que denominamos vida, que se pregunte ¿Qué hago aquí? ¿De donde vengo? Si es que vengo. ¿A dónde voy? Si es que voy.
Ese soy yo, un ser humano cualquiera.
Pues bien, había, hay y habrá  en mí una necesidad, de romper la incertidumbre, de mi presente, de mi pasado y de mi futuro.
Imagino una “energia” que mantiene cada partícula, cada átomo, cada molécula, cada orgánulo, cada célula, cada tejido, cada órgano de mi cuerpo.
Esta “energía” disfruta de su propio juego, inventando manifestaciones diferentes de su propia “energía”, con reglas para unas y sin ellas para otras.
La Evolución, con cambios al azar y adaptación al medio. Todo este proceso, este juego, sin prisa, lentamente, con poco tiempo para  comprender o con todo el tiempo para no comprender igualmente.
La Ciencia (el conocimiento) tiene sus límites en el microcosmos y en el macrocosmos y cada ser humano en su cerebro y en el tiempo.
Ese tiempo de vida que todos tenemos, al menos debiera ser vivido en paz. Paz interior, experiencia individual y consciencia. Nada más.

Autor: Bitarracho

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