Desconfinamiento COVID-19

Desconfinamiento Fase1
Ayer tarde-noche como otro día más de desconfinamiento por Covid 19 en Fase 1, a las 20:15 y después de los aplausos a los trabajadores de la sanidad y otros, salí a dar un paseo con mi bastón de apoyo, debido a mi artrosis de cadera. El camino habitual estaba abarrotado de gente, unos corriendo, otros paseando con diferente marcha, incluso algunos haciendo corrillo en mitad del camino, unos con mascarilla y otros sin ella.

Después de media hora de paseo en estas condiciones, decidí cambiar de ruta y me interné en un camino desconocido, con mucha pendiente con la intención de dar un rodeo y a la vez disfrutar de la naturaleza y de mí mismo.

Cuando habría recorrido unos doscientos metros, encontré en un ensanchamiento del camino, un coche con dos personas dentro, preparándose algún tipo de “mierda” y que me miraron no muy amigablemente. Me hice el loco y seguí trastabillando con mi bastón cuesta arriba.
Después empezó a oscurecer más rápidamente y el camino de rodadura se acabó, entonces tomé un sendero que me llevó hasta una verja que daba a un prado por el que continuaba el camino. Pasé la verja y caminé por el sendero que acababa en una valla de arbustos con alambre de espinos. El otro lado era otro prado y por la situación donde me encontraba, después de ese prado había un camino conocido.
Rodeé la valla de alambre de espinos, intentando encontrar una verja o un punto por el que pasar al otro lado. Nada, me encontraba atascado, a oscuras y con pocas o ninguna gana de deshacer lo andado.

Después de un ratito de analizar la situación, decidí que debía volver por donde había llegado y en ese momento aparecieron, en la parte alta del prado al que había intentado pasar, las figuras de dos vacas con sus crías, las cuales miraban atentamente hacia donde me encontraba. En ese momento no dudé y tomé el camino de vuelta.
Me costó mucho más bajar que subir y además tomando muchas más precauciones por donde pisaba, porque la oscuridad era casi total. El coche aparcado al borde del camino de rodadura ya no estaba y cuando alcancé la senda habitual, no había nadie circulando.

Llegué tarde a casa, pero sano y salvo y con la lección aprendida.

Cada uno que saque sus propias conclusiones.

Autor: Bitarracho

Comentarios

Entradas populares de este blog

La oveja negra.

No Podemos - Capitanes Mediocres 2

Miedo